Todo Es Uno

Se suele decir que Dios está en todas partes, que es omnipresente. Para los místicos este hecho está muy claro, su avanzada percepción les hace ver a la Divinidad en todo y todos. Por eso dicen que Dios es todo y todo es Dios.

En las diferentes creencias, este hecho se ha interpretado de distintas maneras, lo que ha derivado en una gran diversidad de pensamientos mitológicos. A continuación se resumen algunos de ellos a modo de ejemplo, ordenados de más primitivos a más modernos:


-      Animismo: Estas creencias piensan que cada objeto de la naturaleza tiene espíritu.

 

-      Politeísmo: Creen que existen unos seres superiores (dioses) que tienen poderes sobrenaturales y actúan sobre el destino de las personas y la naturaleza.

 

-      Monoteísmo: Piensan que existe un Dios único que tiene poder sobre todas las cosas.

 

-      Panteísmo: Suponen que la Divinidad está implícita en todo el Universo, es decir, está en todas las cosas.

 

En cualquiera de los casos vemos que la Divinidad está o afecta en todo de una u otra manera, y todo está sujeto a la acción divina.

En las culturas más primitivas, en las que las personas vivían en pleno contacto con la naturaleza salvaje, la Divinidad se veía a través de los seres naturales, pues apenas tenían utensilios artificiales.

Pero según ha ido avanzando la historia, la religión ha ido adaptándose a los acontecimientos del momento. En el Neolítico surgen los estados y sus reyes, y la religión se unifica bajo el mandato de estos, creando dioses similares a reyes. La religión se hace cada vez más ortodoxa y comienza generar normas para imponer las creencias y el orden político y social.

La religión ha pasado de ser creencias inherentes a pequeños grupos  de personas (tribus) a ser leyes para controlar una gran pluralidad de sociedades ubicadas en un vasto territorio. Esto genera conflictos que se subsanan endureciendo las “leyes religiosas” y la autoridad sobre la sociedad, aumentando progresivamente el odio y la violencia.

Estos hechos dañan gravemente la fe de las personas, las cuales llegan a cuestionarse el papel de la religión, fomentando la incredulidad entre la población, además de la intolerancia religiosa.

Ahora que somos conscientes de todo ello, ha llegado el momento de reflexionar y ver a la Divinidad en todas las creencias, separando a esta de lo impuesto por la “razón” humana.

Todos vemos la Luna, unos le ven manchas, otros mares y otros llanuras, pero para todos es la Luna.

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