En la Imperfección Está la Perfección

Nuestro mundo, como ya sabemos, es imperfecto, porque no existe la perfección en la materia. Pero es gracias a esa imperfección que existe la diversidad.

Si todos los granos de arena fueran perfectos todos serían iguales. Y lo mismo ocurriría con las personas, seríamos todos idénticos, y tendríamos los mismos gustos y pensamientos. Y así pasaría también con todas las cosas, porque para que haya diversidad tiene que haber un grado de imperfección que genere diferencias entre los seres.

Por otra parte, para que las virtudes tengan razón de ser son necesarios los defectos, es decir, las imperfecciones en nuestra conducta.

Por tanto, es gracias a la imperfección que podemos ser humildes, y poner en práctica el amor incondicional ayudando a los que sufren las consecuencias de la imperfección.

Y la diversidad de personalidades diferentes junto con la necesidad de ser humildes, nos lleva a que cada persona pueda realizar su propia y exclusiva misión de vida, adaptada ésta a las virtudes de la persona, y a la vez a los defectos de todas las demás, para suplantar con nuestras virtudes los defectos de las otras personas, y viceversa.

Si a todo esto añadimos el toque de fe necesario para creerlo y ponerlo en práctica, tendremos la receta para ser perfectamente felices.

¡Sé feliz!

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